Existen una serie de competencias deseables para lograr ser un empleado público digital. Disponer de competencias digitales para manejarse bien con la tecnología, término que también se conoce como tecnoempoderamiento, es un área clave, pero no suficiente. Se hacen necesarias también otras competencias que van a impulsar las capacidades del empleado público digital gracias a la tecnología y, en un movimiento recíproco, son esenciales para el éxito de la transformación digital de la Administración. En este gráfico te presentamos las diferentes áreas competenciales de un empleado publico digital:
Pone en valor las innovaciones al aplicarlas en su trabajo diario y ejerce de agente de innovación proponiendo mejoras. Tiene una actitud crítica y constructiva orientada a la mejora continua.
Sale de la zona de confort alterando sus procesos de trabajo e incorporando nuevas herramientas.
Pasa de las decisiones basadas en intuiciones a decisiones basadas en evidencias mediante el análisis de datos y la orientación en base a resultados.
Utiliza las herramientas tecnológicas a disposición para trabajar en equipo en los proyectos y compartir datos, recursos e información.
Se pone en la piel de los destinatarios y le preocupa la experiencia de usuario. Proporciona servicios más eficaces y satisfactorios gracias a la implicación ciudadana en el diseño.
Sale de la zona de confort alterando sus procesos de trabajo e incorporando nuevas herramientas.
Su cultura digital aumenta la capacidad de dar respuesta: es hábil en el manejo de la tecnología, lo hace de manera segura y tiene una amplia visión para encontrar soluciones tecnológicas alternativas a las necesidades que se le plantean.